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domingo, 15 de junio de 2008

A EUROPA LE FALTA DEMOCRACIA Y LE SOBRAN REFERENDUM

Como no pienso hacer un artículo completo ante el No Irlandes al tratado de Lisboa os copio el artículo que escribí para Foro Manchego cuando Francia dijo No a la Constitución Europea, las conclusiones son las mismas, yo me canso menos y el que quiera se puede leer el artículo anterior y todos contentos.

Napoleón aportaba cambios a Europa y progreso incluso, lo trajo a hostias y aquí a hostias no hay quien nos gane y con la ayuda de los cien mil hijos de quien sabe quien nos trajimos a un innombrable que se paso la Pepa por ahí y así nos fué a todos, incluido a Napoleón.

Ahora no podemos vivir sin la C.E. nos comeriamos los mocos más de uno y más de dos pero sin democracia la gente prefiere incluso apoyar a un tal Adam, nacionalista y más que mejor no recordar.

Los paises europeos necesitan Europa y menos nacionalismo barato y la C.E. necesita democracia, menos burocracia y sino peor para todos.

Democracia coño por favor de una vez, gracias.

Ahora si se manejar la tecla copio el artículo.





LA CONSTITUCION EUROPEA Y LOS CIUDADANOS EUROPEOS
(Incomprensión y desconocimiento)






El acuerdo de ralentizar los procesos de ratificación de la Constitución Europea, adoptado en el Consejo Europeo, como consecuencia del “No” a la Constitución en Francia y Holanda y los malos augurios en otros Estados en idéntico proceso, debe hacernos reflexionar.

En todos estos procesos de ratificación vía referéndum, están apareciendo diversos tipos de oposiciones al texto Constitucional. Se opone quien quiere dar un voto de castigo al gobernante de turno; Se opone parte de a izquierda europea por considerar demasiado liberal y poco social el Tratado Constitucional; Se opone la derecha más ultramontana y nacionalista, existe el “No” de la derecha que se considera más civilizada y lo esconde en un si pero no.

Sin ánimo de ser exhaustivo en la valoración y recuento de las causas de oposición al texto y dejando sentado que algunas de las posturas contrarias a la Constitución no sólo son legítimas sino que además están perfectamente formuladas y justificadas, no es motivo de estas reflexiones profundizar en este tipo de posturas contrarias a la Constitución Europea.

El “No” realmente preocupante es otro, es el “No” a la clase política, a una Europa burocrática, alejada desconocida e inaccesible al ciudadano. La explicación fácil a este fenómeno son aquellas respuestas que resignadamente nos vienen a decir: Al ser cada vez más grande, al crecer con las ampliaciones constantes, el sistema político se aleja necesariamente del ciudadano sin remedio. Esta resignación da la razón a quienes aspiran exclusivamente a un Mercado Común.

Si Europa quiere crecer políticamente, cuestión esta que se enmarca en el ámbito de la oportunidad política y por tanto debe dejarse en manos del pueblo europeo, sujeto de soberanía que deberá decidir en última instancia, solamente puede hacerlo creciendo en Democracia. La Democracia es la esencia de la vida política europea y sin ella no avanzará Europa políticamente.

Mucho se ha discutido sobre la naturaleza del texto constitucional, sobre si el mismo es un Tratado o una Constitución. Lo cierto es que no se han seguido los procedimientos clásicos de aprobación de un texto constitucional, y quizá sea este detalle la razón de la falta de aceptación popular del texto. Es indudable que la creación de la Comunidad Europea no está basada en un sistema constitucionalista clásico, bien al contrario el germen son Tratados Internacionales (Tratado de Roma). Quizá estemos en el momento de cambiar nuestra visión, de adoptar procesos constitucionales si pretendemos elaborar una Constitución para Europa.

La tesis central de estas reflexiones es por tanto abogar por la utilización de procesos constitucionales como mecanismo dinamizador de la vida política europea.

Si Europa quiere una Constitución en el momento de desarrollo institucional en el que se encuentra, tiene que elegir un “Poder Constituyente Constituido” que se encargue de elaborar, discutir y aprobar el texto Constitucional.

El actual texto, en proceso ralentizado de ratificación, no ha sido discutido en un Parlamento Europeo específicamente y únicamente elegido para tal misión. Los Gobiernos que dan el visto bueno en el Consejo tampoco han sido elegidos específicamente para tal misión ni ha existido una Comisión ad hoc. La Constitución debe nacer del pueblo y no debemos limitarnos a presentársela en referéndum, procedimiento este de los más imperfectos del sistema democrático .

El Parlamento, la Comisión y el Consejo que elaboren la Constitución Europea deben tener naturaleza de Poder Constituyente Constituido, es decir deben constituirse como órganos especialmente destinados a elaborar la Constitución.

Se puede alegar de contrario varias cuestiones: En primer lugar se puede mantener que tenemos un texto y que no debemos darlo por muerto de manera apresurada. Esto obviamente es cierto, pero no es admisible en ningún caso afirmar que los rechazos sufridos no deben tener consecuencias, ni podemos esconder que la ralentización es fruto no sólo de los rechazos sufridos sino además de los pronosticados.

Se puede poner en duda la viabilidad de la propuesta y principalmente la utilidad de la misma.

Entiendo absolutamente posible el proceso de elección de un Poder Constituyente y no sólo posible sino que considero que al hacerlo, eliminaríamos muchos motivos de oposición a la Constitución.

El momento de la elección será en el que los ciudadanos elijan más menos carácter social de su Constitución, en el que expondrán su sentimiento más o menos nacionalista y los elegidos deberán buscar respuestas consensuadas y no simplemente mayoritarias a los problemas planteados de organización política y elaboración de una carta de Derechos Fundamentales.

Un Consejo y Una Comisión elegidos con el carácter de Poder Constituyente no tendrían el lastre de gobernantes desgastados por la política interna de sus propios paises y no existirá por tanto el “No” al gobernante en declive de aceptación popular.

El beneficio principal lo tendríamos, además de los aspectos resaltados anteriormente, nada desdeñables vistos los últimos acontecimientos, en el hecho de dotar de legitimación de inicio al texto. El ciudadano europeo se haría responsable del proceso constituyente, y no quedaría al margen del mismo. La celebración de referéndum no se constituiría en pieza angular del proceso, sino que el proceso de elección del Poder Constituyente evitaría presentar un texto en forma de “Tragala” y el ciudadano tendría en su mano elegir entre las diversas opciones y tendencias que le presentarán los partidos políticos y coaliciones que concurrieran al proceso elector constituyente.

Europa puede avanzar políticamente si quieren sus ciudadanos y solamente mediante mecanismos democráticos y de acercamiento del poder al ciudadano. Caben muchas más propuestas (Listas abiertas al Parlamento Europeo, potenciación política del propio Parlamento etc.) En cualquier caso es necesario que los europeos discutamos nuestro futuro, lo acordemos y nos dotemos de los mecanismos necesarios para construirlo. A mi juicio los mecanismos pasan por los procesos constitucionales.

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