La patología de Freitas es su falta de memoria tras ser atropellado en la calle, pero esa patología traumática no es su problema, támpoco lo es que nadie lo entienda, ni siquiera su médico y su asistente social que a base de test de recuperación de la memoria y pruebas intentan que recupere algo perdido para siempre o que no lo entiendan los lectores de su historia sorprendidos por la falta de datos del capítulo primero de su historia.
La gran tragedia de Freitas es que él no entiende nada de lo que ocurre a su alrededor.Seremos testigos de su sorpresa ante cosas tan normales como la existencia de curas, personas extrañas según él que fingen ante los demás tener verdades absolutas que ellos no se creen. Se sorprende ante realidades tan normales como las desigualdades del mundo desarrollado y del otro y es que el pobre diablo no sabe nada de economía.
Freitas se vuelve loco de contento mirando una rueda de una bicicleta y no comprende porqué su médico se empeña en que recuerde su nombre. Ayer en la interminable sesión de recuperación, miró por la ventana, vio un enorme camión de transportes internacionales que decia “Transportes Freitas”, se acordó del abuelo de su perro Tobias, uno de sus únicos recuerdos, el perro Azacarias Herber y le dijo al médico:
- Me llamo Azacarias Freitas.
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1 comentario:
Estoy ansioso esperando siguientes capítulos.
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