Azacarias en el fondo empieza a pensar que tiene suerte, debe ser algo como el sindrome de Estocolcomo.
-A mi no me pegan y no me llevan en carretilla con un mono naranja porque no se me ocurrió decir que me llamaba Mohamed sino Azacarias. Con esto de los nombres no se puede jugar.
También he tenido suerte de no ser mujer, lesbiana y tener cara de mala leche y tampoco soy indigente y estrábico. Aquí con eso de esto ha sido un error te meten en Topas trece años y te jodes como Herodes.
Los unos y los otros juegan con los sentimientos de las víctimas de delitos y terminan criminalizando a diestro y siniestro y mintiendo y diciendo que el derecho penal es el balsamo de fierabras.
Reflexionen:
a) El Código Penal no resuelve nada, es tan sólo el castigo final ante un fracaso social.
b) Las cárceles estan llenas de marginados y las calles llenas de ladrones de guante blanco.
c) La cárcel no reeduca ni reinserta socialmente, excluye y margina. (Amantes de boquilla de los derechos y la Constitución a leer el art. 25.)
d) No jueguen con los sentimientos de las víctimas de delitos dolosos, respetenlas y establezcan un fondo de garantía a su favor, no las utilicen no las manipulen.
e) No se equivoquen "cabrones" y no siempre con los mismos.
Azacarias está jodido pero contento por no ser moro ni lesbiana con cara de mala leche ni indigente estrábico.
¿Oiga me puedo ir ya? yo no me llamo Freitas ni soy portugues
-¿ No serás moro lebiana o indigente?
No no, yo sólo soy un desmemoriao.
- ¿Me puedo ir ya?
-No.
d)
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1 comentario:
Ver el Código Penal como una solución resulta tétrico e inhumano, es el inicio de la "Solución Final". Por ejemplo en Violencia Doméstica, mucho bla, bla, bla, y endurecimiento de las penas, pero nada de medidas sociales (¿dónde se mete la víctima mientras el agresor no está en prisión preventiva? ¿dónde se mete al acusado cuando lo que tiene es un problema psiquiátrico y no realmente de violencia doméstica?) El Código Penal, en resumen, deja dos opciones, o la puta calle o la jodida cárcel. Se necesitan medios sociales para víctimas que no sea su casa y la calle y centros para presuntos culpables que no sean la cárcel o la calle. Pero financiar leyes de verdad sociales supone algo más que sacar una ley de dependencia sin dinero ni medios, mientras les damos trescientos mil no sé cuantos euros o millones de euros a una constructora que se ha ido a pique por su puta culpa y cuyos jefes están forrados.
Esto se solucionaría si las víctimas de delitos dolosos y los delincuentes se dedicase a financiar los partidos políticos con dinero y no con votos.
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